jueves, 5 de enero de 2017

Mi pensión me la he pagado yo, y tonterías derivadas


Navegando por la red (ho, ho, ho, una botella de ron) me encontré en una página de facebook de izquierdas esta preciosa imagen:




Llevo tiempo dándome cuenta de que en el tema de las pensiones nos la han metido doblada y aquí no se pispa ni Cristo. Nos hemos dividido en: "Aquí para qué pagar las pensiones de los viejos si no tengo ni para mí" versus "Él ha cotizado por su pensión y tiene derecho a ella igual que cotizo yo para la mía". Lo primero nos aboca a un sistema de pensiones privado (los dioses nos guarden) y lo segundo, postura más "de izquierdas", nos lleva a un problema actual: Muchos no cotizarían suficiente para cobrar una pensión.

Por suerte, las bases aún no han cambiado y, aunque nos estén metiendo esta falacia y la gente se la esté tragando, estamos a tiempo de despabilarnos. Así que desandemos lo andado, desaprendamos lo aprendido y empecemos desde el principio.

Veamos qué dice la RAE que es una pensión: "Cantidad periódica, temporal o vitalicia, que la seguridad social paga por razón de jubilación, viudedad, orfandad o incapacidad".

¿Qué tienen en común todos estos grupos? ¿Qué han cotizado a la seguridad social? Pues no. Lo que tienen en común es la falta total o parcial de la capacidad de sustento económico de la que en circunstancias normales podrían disponer. Ya sea porque se han hecho viejos y ya no pueden trabajar, porque se han quedado sin el salario de la pareja, sin uno o los dos progenitores o por sufrir una enfermedad que les dificulta o imposibilita el desarrollo de una actividad económica que les reporte ganancias. Por supuesto, como bien dice la definición, el pago puede ser temporal, concretamente hasta que dicha dificultad se sobrepase. Por ejemplo, la pensión de orfandad hasta los 21 años, a no ser que haya una incapacidad para trabajar del beneficiario.

Es decir, estos pagos se realizan a grupos que no pueden subsistir dignamente por sí mismos debido a ciertas limitaciones, temporales o vitalicias. El que hayan o no cotizado a la seguridad social no tiene nada que ver. ¿O qué? ¿Quitamos las pensiones no contributivas?

Por tanto, tenemos que empezar a entender que lo que pagamos a la seguridad social no es ni para nuestra jubilación ni para la de nuestros abuelos. Lo que pagamos a la seguridad social sirve para sostener un sistema de protección a grupos que tienen limitados los medios para conseguir lo necesario para su propia subsistencia. O al menos, así debería ser.

La seguridad social es una caja común. No va lo cotizado a pensiones (de jubilación) y otras aportaciones a otros sitios. Ahí se echa todo, y de ahí se tira.

Se habla ahora de crear un nuevo impuesto exclusivamente para pagar las pensiones. Que no, hombre, que no. Que no se trata de eso. Si hay un nuevo impuesto será para la caja de la seguridad social, no para pensiones de trabajadores únicamente. ¿Vamos a pagar sólo a los que tienen pensiones contributivas? ¿Dejamos a los huérfanos sin cobrar?

Todo esto que nos están vendiendo tiene un fondo claro. El de la hucha de las pensiones, que ya se ve desde hace tiempo (dum, dum, chas). No, no es un chiste en realidad. Este maravilloso gobierno nos ha vaciado la hucha y, cuando se termine, incluso con las rebajas que se han realizado a las subidas de pensiones desvinculándolas del IPC, tendrán que elegir: O dejar de pagar las pensiones o disparar el deficit. Con lo rebeldes que son estos con Bruselas, miedo me da pensarlo.

Sin embargo, no es un dilema para ellos. ¡Aquí está el carrito de los helados del liberalismo para arreglar el problema! Saldrán en tromba: ¡Os lo dijimos! ¡No se puede mantener un sistema de pensiones publico eternamente! Y el PP dirá, tan paternalista y condescendiente como siempre: Ya os advertimos de que complementarais la pensión con un fondo privado.

Entonces, los dos bandos de hoy día se unificarán en armonía en un solo coro: "Pues para eso, ya me administro el dinero yo". Y hala, a tomar por culo el sistema de protección, que vuele por los aires porque "lo que yo pago por mi pensión tengo que recuperarlo".

Sí, sí, ya sé que es tentador presentarse como el dueño del dinero que pagamos y reclamarlo de vuelta como si fuese nuestro, que para eso lo hemos apoquinado. Pero es que no es verdad. Lo que hacemos es mantener un sistema que debe proteger a todos, incluidos nosotros cuando lo necesitemos por cualquier circunstancia, un sistema que no deje tirada a la gente que no puede ganarse la vida.

En realidad, sorprende ver que un sistema así saliese adelante, con todos sus defectos. Frente al lema comunista "la tierra para quien la trabaja" ya hace mucho tiempo que el anarquismo adoptó otra postura: "de cada quien, lo que pueda; a cada cual, lo que necesite". Y ese es, en esencia (aunque menos en desarrollo), el sentido del sistema de pensiones de la seguridad social.

La postura de que el pago que se hace a la seguridad social sirve para mantener a una persona, sea uno mismo u otro, en lugar de a un sistema, reduce (de nuevo, y vuelta la mula al trigo) un esquema social a uno individualista. Algo que se repite hasta la saciedad hoy día como mecanismo de desvinculación, competitividad y anulación de la lucha conjunta y solidaria.

Así que, si mañana amaneces en silla de ruedas o tu hijo queda huérfano, reza porque nadie pregunte cuánto ha cotizado el solicitante a la seguridad social.

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